Nuestro hombre misterioso después de admirar el cuadro del Cristo del Consuelo, y quedar maravillado por esta obra de arte, se acercó a hablar con un hombre de avanzada edad, que limpiaba los restos de cera que se desprendían de uno de los cirios que aun prendían en el altar mayor, nuestro hombre misterioso le pregunto, si conocía la leyenda de un tesoro de valor incalculable que contaban los libros antiguos que se escondía en esta ciudad.
Este le relato una historia que le había contado su abuelo, que a la vez le había contado su padre, este fue monaguillo en el antiguo Convento de las Agustinas.
La historia contaba que a mediados del siglo XIX por Cazorla había aparecido un hombre montado en un viejo mulo, este había recorrido media península en busca de una leyenda que unos comerciantes de Aragón le habían contado.
La leyenda contaba que en un pueblo de Andalucía ubicado a los pies de las montañas mas impresionantes y bonitas que habían visto, vivían unas gentes que, a pesar de las penurias de la época, se caracterizaban por una fortaleza inusual, gentes que vivían felices y que eran capaces de dar su vida por su tierra y sus vecinos, tal era su fortaleza y pasión por su pueblo que ellos solos se habían bastado para expulsar al ejercito Frances de su pueblo.
Este hombre le relato parte de la heroica batalla que libraron los vecinos de Cazorla y la Iruela contra el ejército de Napoleón, hechos por los que las Cortes de Cadiz el 1º de abril 1813 reconocieron a la Villa de Cazorla, con el Titulo de Ciudad, con la distinción de muy noble y leal.
En el año de 1810, el ejército francés ataco el pueblo de Cazorla, un grupo de guerrilleros y soldados maltrechos y mal armados de Cazorla salió a su encuentro, se entabló una encarnizada pelea , el ejército Napoleónico temiendo una derrota total emprendieron una vergonzosa retirada perseguidos por guerrilleros y vecinos de Cazorla.
Mientras esto sucedía otro grupo de soldados franceses atacaba un pueblo indefenso, con la intención de someterlo y hacer pillaje, un pueblo en el que solo habían quedado ancianos, mujeres y niños, que heroicamente libraron una batalla que nunca olvidarían los franceses, a los que derrotaron armados con garrotes, ondas, escavillos y hachas.
El hombre misterioso, se dirigió hacia el antiguo Convento de las Agustinas, lugar donde según contaban, había pernoctado el hombre que 2 siglos atrás había visitado Cazorla, otro viajero que había llegado buscando conocer los secretos y misterios que escondía esta ciudad.
Nosotros vamos a seguir los pasos del hombre misterioso y del hombre que 2 siglos atrás también había visitado Cazorla, para ello nos vamos al antiguo Convento de las Agustinas, hoy en día convertido en Iglesia, La Iglesia de San Jose.
COMO LLEGAR
El convento de Agustinas Recoletas de San José fue fundado en la segunda mitad del siglo XVII por el Cardenal Don Pascual de Aragón, a la sazón Arzobispo de Toledo y Adelantado de Cazorla.
En el convento llegaron a profesar hasta treinta religiosas en su momento de mayor auge. Tras la guerra de independencia y los destrozos ocasionados por los franceses en 1810 en la iglesia mayor de Cazorla, la parroquia de Santa María pasa a la Iglesia de San José. Las leyes desamortizadoras de Mendizábal de 1836 traerían consigo la exclaustración de las monjas agustinas y la secularización del convento, que mantuvo su fachada y algunas de sus dependencias hasta bien entrado el siglo XX
