Con el paso de las semanas, la comida de la Tragantia se agotaba lentamente, dejando cada día más claro que su situación era desesperada.

Dejamos atrás la Plaza de Santa María, con su encanto histórico y la belleza de sus edificios, y nos dirigimos hacia nuestro próximo destino, donde nos aguardan nuevas pruebas. El aire está lleno de misterio mientras seguimos el sendero que nos ha trazado la orden de los Guardianes de la Tragantía. Este camino nos llevará a través de las calles empedradas y pasadizos ocultos de Cazorla, cada rincón con su propia historia y secretos por descubrir.

El eco de nuestros pasos resuena en las callejuelas mientras avanzamos con anticipación. Cada esquina parece esconder algo intrigante, y las sombras se alargan a medida que nos adentramos más en la ciudad. Los Guardianes de la Tragantía, custodios del antiguo secreto, han preparado un recorrido desafiante para aquellos valientes lo suficiente como para intentarlo. Sabemos que cada prueba nos acercará más a desvelar el misterio detrás de la leyenda.

El ambiente a nuestro alrededor cambia con cada paso. Pasamos por calles animadas y plazas bulliciosas, pero también por lugares más tranquilos, donde solo el susurro del viento y el canto de los pájaros rompen el silencio. A medida que avanzamos, el paisaje urbano se mezcla con la naturaleza, y los sonidos de la ciudad se desvanecen, dando paso al susurro del río y el crujir de las hojas bajo nuestros pies.

El camino está lleno de sorpresas. Los Guardianes nos han dejado pistas ingeniosas que nos obligan a pensar y a explorar. De vez en cuando, encontramos señales discretas que nos guían en la dirección correcta. Los Guardianes, guardianes del secreto durante siglos, nos observan desde las sombras, asegurándose de que seguimos el camino correcto.

Con cada prueba superada, sentimos que nos acercamos más al corazón del misterio de la Tragantía. La emoción crece mientras nos adentramos en los rincones menos conocidos de Cazorla, donde la historia y la leyenda se entrelazan. Sabemos que lo que nos espera al final de este viaje valdrá la pena, pero también que el camino será arduo y desafiante.

 

El sexto punto se encuentra junto a uno de los molinos harineros que poblaban Cazorla, en esta zona tuvo bastante relevancia el cultivo de trigo, en el año 1645 Cazorla contaba con más de 20 molinos a lo largo del curso del río, el agua penetraba por un abertura del molino que canalizada permitía el movimiento de las piedras del molino.

Busca un antiguo molino harinero que en la actualidad esta restaurado junto a un museo, muy cerca de allí encontraras las ultimas pruebas.

Panel sobre la Tragantía que encontraremos junto muy cerquita del sexto punto.

Se dice que, en una noche de San Juan, el dueño del molino tuvo un encuentro inesperado con la Tragantía, la misteriosa criatura de la leyenda. Ella le susurró al oído sobre un tesoro escondido en Cazorla, despertando en el molinero una obsesión por descubrirlo. A partir de entonces, el hombre, fascinado por la historia, subía cada año al Castillo de la Yedra, donde la Tragantía había estado prisionera en sus mazmorras. Con cada visita, el molinero soñaba con verla de nuevo y preguntarle más sobre el tesoro.

Una noche de San Juan, el molinero desapareció y nunca más se supo de él. Las personas que lo conocían decían que esa noche había vuelto a encontrarse con la Tragantía, y que su cautivadora voz lo había hechizado, llevándolo a desaparecer con ella.

Desde entonces, hay relatos de que, durante las noches de luna llena, se puede ver al molinero caminando junto a la Tragantía, tomados de la mano, a lo largo del río Cerezuelo. Parecen una pareja perdida en el tiempo, como si estuvieran atrapados en un ciclo eterno de deseo y misterio.

No muy lejos de allí, cerca de la Cascada de la Malena, se escucha el inconfundible sonido del martillo y el cincel cada noche. Es el molinero, condenado a tallar una rueda de molino sobre una piedra para la eternidad. Esta es su penitencia por haber sucumbido al encanto de la Tragantía, por haber abandonado el mundo de los vivos en busca de un tesoro que nunca encontró.

La historia del molinero y la Tragantía es una advertencia sobre el poder de la avaricia y el peligro de perseguir sueños oscuros. Aunque su destino está sellado, su historia continúa, recordándonos que algunas leyendas están destinadas a repetirse, una y otra vez, como un eco que resuena a través del tiempo. Y cada año, en la noche de San Juan, la memoria del molinero y su misteriosa amante regresa para recordarnos el precio de desear lo que no se puede tener.

Entrada a Cueva de la Malena, donde cuenta que las noches de luna llena se escucha cantar a la Tragantía.

Piedra de molino tallada en piedra encontrada muy cerquita de la Cueva de la Malena

Has llegado a la etapa final de las pruebas que los caballeros de la orden, encargados de custodiar el secreto de la Tragantía, han diseñado para ti. Supera estas cinco últimas pruebas y desvelarás la historia que se oculta tras la leyenda de la Tragantía. Estás a punto de descubrir el misterio que durante siglos ha intrigado a tantos. ¿Estás listo para el desafío? El secreto está a tu alcance, pero solo si demuestras la valentía y la astucia necesarias para superarlas todas.